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  • María José Navarro Bometón
María José Navarro Bometón
N.º 121, Sección abierta, pages 345-362
Accepted: Jun 1, 2015

Abstract

Malditos y necesarios, los manicomios fueron concebidos a comienzos del siglo XIX como hospitales para curar el alma. Cuatro kilómetros al noreste de Huesca, junto a la población de Quicena, entre 1915 y 1918 se construyó un observatorio para dementes que pretendía solucionar las malas condiciones en que hasta entonces se alojaba a los locos de la provincia. La historia del manicomio de Quicena es efímera, pero en la racionalidad compositiva de sus planos se percibe el esfuerzo que
la Diputación y su arquitecto hicieron para crear una estructura digna y acorde con los avances de una arquitectura muy específica, programada para este tipo de instituciones.

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